lunes, 7 de marzo de 2011

Civismo al Volante

No es un secreto que en la sociedad mexicana existe una severa falta de civismo en distintos aspectos. La Real Academia Española de la Lengua especifica que civismo es: Celo por las instituciones e intereses de la patria; es el comportamiento respetuoso del ciudadano con las normas de convivencia pública.

El ciudadano mexicano es, por excelencia, sumamente egoísta y difícilmente se detiene antes de hacer algo para pensar en las repercusiones que puede tener para otras personas o para la misma sociedad y peor aún, las instituciones encargadas de regular ese tipo de comportamientos no ejercen un trabajo suficiente para lograr sus objetivos.

Tal es el caso de las personas que tiran basura en la calle, las personas que sacan a pasear a su mascota y no recogen los desechos, los comerciantes ambulantes que dejan un gran tiradero en la calle después de su jornada laboral, los comercios formales y/o ambulantes así como conductores de automóviles que bloquean banquetas y accesos para discapacitados. En fin, son innumerables los casos que se pueden mencionar en cuanto a la falta de civismo en México (Sin meterme en los cuestiones delictivas que son las más graves).

México es una de las ciudades del mundo en la cual es muy difícil conducir un vehículo automotor debido, en primera instancia, a la falta de respeto de los mismos conductores al Reglamento de Tránsito y a las señalizaciones viales; en segundo término a la pésima ingeniería y planeación con la que son creadas las vías y los sentidos de las calles y en tercer lugar por la paupérrima o nula cultura cívica tanto de conductores, como de transeúntes y oficiales de tránsito de la ciudad.

Ciertamente todos los servicios y estructuras creadas hace años para el tránsito vehicular se han visto rebasados completamente por el creciente número de vehículos que circulan en la ciudad,  pero tal vez se podría mejorar la convivencia si cada uno de los que hacemos uso de las vías públicas, empezamos a respetar y a pensar en los demás antes de hacer nuestras barrabasadas.

Con base en mi experiencia de 15 años practicando la valerosa actividad de manejar un auto en el D.F., he descubierto que generalmente (No todas) las mujeres y los conductores de servicios de transporte público son las causantes de la mayoría de los conflictos viales. Tal vez sea porque, en efecto, poco les importa que existan similares fuera de su automotor que también buscan llegar a su destino lo antes posible.

Yo desde hace tiempo, cuando estoy frente al volante, procuro aplicar la regla del “Uno y uno” en los cruces viales, siempre procuro dejar pasar al conductor que correctamente señaliza un cambio de carril y no lo hace por querer llegar a su destino antes que los demás, sé que a veces es imposible dejar pasar a tantos autos debido a las prisas y a los egos pero créanme que si todos aplicáramos estas sencillas reglas… Otro Gallo les estaría cantando.

Exhorto a cada uno de los conductores a ser más respetuosos del Reglamento de Tránsito y para con las otras personas que también existen en la vía pública. A los manejadores de servicios de transporte público que comiencen a respetar un poco a los demás aunque dejen de ganar 10 o 20 pesos más por su recorrido. También a las autoridades a que hagan bien su trabajo y realmente regulen estos sistemas implementados para el tránsito de la ciudad y no estén buscando el lucro propio mordiendo a quien pueden.

 Finalmente te ruego a ti a que dejes de ser tan egoísta en la forma de conducir tu vehículo, ganas muy poco llegando cinco minutos antes por metértele a la mala a uno o más carros en el camino. RESPETA

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